LOS RECIEN LLEGADOS - El timo de los recien llegados

Es el timo más peligroso para los viajeros al extranjero, porque adorna lo que al final no es otra cosa que una burda y cara extorsión. Normalmente, los estafadores eligen como víctimas a varones que viajan en solitario. Un hombre les aborda en la calle les pide la hora en turco, por ejemplo, o bien con la excusa de practicar el inglés y al responder en inglés, el hombre inicia una conversación: ¿Extranjero? Nosotros tampoco somos de por aquí, venimos del interior, etc. Si el turista reacciona positivamente, y hay mucho mochilero aburrido con ganas de hablar, el que hace de percha le invitará a tomar algo en algún sitio. 

El lugar resultará ser un burdel, donde, mediante artimañas, los recién llegados acabarán pagando las copas a un par de señoritas. Cuando llega la cuenta por sorpresa, las bebidas de las chicas cuestan 300 euros o más. Aunque el total se divida entre dos, la parte que debe pagar el turista seguirá siendo desorbitada, y si no tiene dinero para abonarla, dos gorilas del local le acompañarán amablemente a un cajero automático. Si es usted víctima de esta estafa, merece la pena pasarse por la policía turística a denunciarlo, porque muchos viajeros engañados han recuperado una gran parte del importe.

LIMPIABOTAS - El timo del limpiabotas

Los limpiabotas son una de las estampas típicas de la ciudad, y el servicio, por lo general, es muy barato. Pero algunos de ellos utilizan una estrategia para forzar la clientela: se colocan delante de un grupo pequeño de turistas, y fingen dejar caer su cepillo mientras caminan. Casi siempre, alguien lo recoge y le avisa. 

En agradecimiento, el limpiabotas se ofrece a limpiarle los zapatos. Si el incauto acepta (y a veces es difícil no hacerlo, debido a su insistencia), la trampa está lista: después vendrá un rosario de lamentos sobre lo difícil que es alimentar a la familia, lo caro que se ha puesto el país, etc., hasta que el turista suelte el dinero. Y ojo, porque si la cantidad no se corresponde con lo que espera el limpiabotas, este puede ponerse algo agresivo.

LAS TARJETAS DE CREDITO - El timo de las tarjetas de credito


Clonadores de tarjetas, microcámaras y lectores de banda magnética son sólo una pequeña muestra de los inventos que las bandas de timadores utilizan para desvalijar las cuentas bancarias. Una de las técnicas más usadas es el "lazo libanés": los estafadores aprovechan las horas en las que las entidades bancarias no trabajan para colocar en sus cajeros un dispositivo de plástico que simula la ranura donde se introduce la tarjeta. La parte final del invento está rodeada por un lazo creado con cinta magnética, de las de los vídeos VHS, que retendrá las tarjetas. Cuando un usuario introduce su tarjeta en el cajero, ésta se atasca y en ese preciso instante aparecen los amables estafadores. Dicen haber sufrido los mismos problemas con sus tarjetas, tras lo cual ofrecen a la víctima su teléfono móvil para que se comunique con el servicio de información del cajero. El número marcado es del móvil de un cómplice que se hace pasar por personal del banco.

En la conversación telefónica le comunica a la víctima los pasos que debe seguir para recuperar su tarjeta. Entre ellos, le indica que marque en el cajero una combinación de números, seguido de asterisco o almohadilla y el número clave de la tarjeta. La víctima no recupera su tarjeta, y sin ser consciente de ello, acaba de proporcionar a los timadores su número secreto. El falso operador de la entidad bancaria le comunica que el procedimiento no ha dado resultado y que debe pasarse por la sucursal al día siguiente para que le entreguen la tarjeta. Cuando la víctima abandona el lugar, los estafadores recuperan la tarjeta y, con la clave que ya conocen, extraen todo el dinero que pueden de las cuentas de la víctima.

Fuente: http://www.consumer.es/web/es/economia_domestica/sociedad-y-consumo/2009/10/17/188648.php?page=2

EL NIGERIANO - El timo del nigeriano



Detrás de una inofensiva carta o mail se esconde, en la herencia nigeriana, un timo como la copa de un pino. Recibe este nombre porque los remitentes se hacen pasar por ciudadanos de este país. En estos correos que se reciben de forma inesperada en el buzón del domicilio y, desde hace pocos años, también en el correo electrónico, el estafador se hace pasar por un abogado o por el familiar de un miembro del Gobierno o de un importante hombre de negocios que ha perdido la vida durante una revuelta política. En las cartas se asegura de manera insistente que antes de fallecer la persona depositó una gran cantidad de dinero en una cuenta bancaria a la que el remitente tiene acceso. La cuestión es que desean sacar la herencia del país de forma discreta para lo que necesitan una cuenta bancaria extranjera a la que poder transferir el dinero.

Los delincuentes dicen a la víctima que se dirigen a ella por recomendación de otra persona y porque consideran que es la única persona que puede ayudarles a transferir el dinero. A cambio de su colaboración y discreción le prometen un jugoso porcentaje del total del dinero. Sólo debe abrir una cuenta en el banco que le indiquen y seguir sus instrucciones. Ya después, le envían documentación falsificada imitando a la oficial y extractos de movimientos bancarios que certifican que la transferencia está en proceso. Mediante el intercambio de faxes o de más cartas, los timadores se ganan la confianza de la víctima y siempre le aseguran que está a punto de recibir el dinero, aunque es imprescindible que antes pague unas tasas o los honorarios de un abogado. No contentos con esto, solicitan más y más dinero hasta que la víctima se cansa de pagar. Cuando el engañado deja de enviar el dinero, todo se acabó.

Fuente: http://www.consumer.es/web/es/economia_domestica/sociedad-y-consumo/2009/10/17/188648.php?page=2

EL INGENIERO - El timo del ingeniero



Una de las variantes del tocomocho, el timo del ingeniero inglés, encuentra en Internet su escenario idóneo. Aparecen en la Red anuncios de venta de vehículos de alta gama o de alquiler de pisos ubicados en España, siempre a precios irrisorios. La persona de contacto se presenta como un ingeniero inglés que ha vivido en nuestro país. En el caso de los vehículos, el estafador proporciona un motivo muy creíble para ofrecerlo a tan bajo coste. El más común es que el utilitario es español y al residir el ingeniero en el Reino Unido le resulta muy difícil conducirlo por la izquierda, y, claro, venderlo allí resulta imposible por la posición del volante. En las casas, los pretextos son igual de peregrinos: el supuesto ingeniero ha trabajado en España el tiempo suficiente como para comprarse un piso, pero por motivos laborales debe volver a vivir al Reino Unido y permanecer una larga temporada allí, y es por eso que decide poner en alquiler su piso. El modo de proceder es el mismo en las dos situaciones. El timador sólo acepta el email como forma de contacto y escribe sus mensajes en un mal castellano. Una vez que las víctimas muestran interés por el vehículo o la vivienda, pide que realicen una transferencia y asegura que una empresa intermediaria les hará llegar el vehículo o el contrato de arrendamiento ya firmado con las llaves del inmueble. Por supuesto, aquí termina la historia y la víctima ha perdido su dinero sin recibir nada a cambio.

Aunque la inmensa mayoría de las transacciones en la Red se realizan con total seguridad y legalidad, Internet da cobijo también a estafadores que ponen a la venta artículos o servicios inexistentes a precios muy tentadores. Para evitar problemas, conviene comprar siempre en webs de confianza y, cuando se haga en sitios no conocidos, antes de comprar y de adelantar el dinero, consultar las políticas de protección al comprador de esas páginas y recabar toda la información posible acerca del vendedor.

Fuente: http://www.consumer.es/web/es/economia_domestica/sociedad-y-consumo/2009/10/17/188648.php

LA ESTAMPITA - El timo de la estampita




El 'modus operandi' de las estafas se basa en dos pilares. El primero es que el timador crea un contexto favorable y de confianza de cara a las víctimas, a menudo con el recurso de una situación de necesidad o ignorancia que finge él mismo. Discapacitados intelectuales, inmigrantes sin papeles o adolescentes son los personajes que los estafadores más gustan de representar. El otro sostén es el "gancho", un segundo delincuente que surge de la nada, como si fuera un transeúnte más, cuyo cometido es dotar de realismo y veracidad a la escena y, en última instancia, terminar de convencer a la víctima para que aproveche la oportunidad única e irrepetible que se abre ante sus ojos.

En la versión clásica de timo de la estampita, una persona que parece sufrir una discapacidad aborda a la víctima y le muestra, con la ingenuidad característica de quien carece de malicia, una bolsa llena de billetes a los que no concede importancia alguna porque son "estampitas" o "cromos". El segundo estafador, que aparece de pronto y simula ser un ciudadano que pasa por allí de manera casual, acaba por convencer a la víctima para que compre la bolsa al discapacitado e incluso se ofrece para acompañarlo al banco a sacar una importante cantidad de dinero, siempre muy inferior a la que en apariencia contiene la maleta. Una vez hecho el intercambio del dinero por la maleta y desaparecidos los timadores, el "primo" descubre que le han engañado: la bolsa sólo contiene unos pocos billetes; en realidad está repleta de recortes de periódico. Aunque cueste creerlo, este timo, por otra parte tan conocido como elemental, todavía funciona y hay ingenuos (que no inocentes; el timo se basa en un acuerdo para engañar a un discapacitado) que "pican".

Fuente : http://www.consumer.es/web/es/economia_domestica/sociedad-y-consumo/2009/10/17/188648.php

TOCOMOCHO - El timo del tococomocho



Una familia, con miembros de tres generaciones, se dedicaba de lleno a este negocio con el que lograba conseguir un mínimo de 3.000 euros al día. Para ello estafaban a sus víctimas con la venta de billetes de lotería y de la ONCE que supuestamente habían sido premiados. Algunas víctimas llegaron a entregarles hasta 15.000 euros, según informó ayer la Jefatura de Policía. Los agentes de esa comisaría han detenido a siete integrantes de este clan de estafadores, que se caracterizaba por llevar un alto nivel de vida.

La forma de actuar de la banda siempre era la misma. Uno de ellos se hacía pasar por una persona de origen gallego que, al entablar conversación con la posible víctima, se hacía pasar por analfabeto. El elegido solía ser siempre una persona mayor, de entre 70 y 80 años, a la que se le enseñaba un fajo de décimos de un billete de lotería que supuestamente había sido premiado. El supuesto analfabeto fingía no atreverse a cobrar el premio en el banco y, para que le creyese, le mostraba al anciano un falso listado de billetes de la lotería. La víctima podía así comprobar que el décimo en cuestión correspondía al primer premio.

Durante la conversación, intervenía un gancho, integrante de la familia de estafadores, que ofrecía dinero en efectivo para participar en el cobro del falso premio. A la víctima se le ofrecía que pagara la misma cantidad de dinero para hacerse con los décimos. Eso sí, siempre ganaba porque el supuesto premio era mucho más grande que el desembolso que tenía que hacer.

Para recaudar el dinero montaban al anciano en un coche y le llevaban a la sucursal bancaria donde tenía la cuenta para que sacara el dinero en efectivo. En algunas ocasiones llegaron a visitar hasta cinco sucursales en una misma mañana. Tras realizar los reintegros, los estafadores ponían cualquier excusa para separarse del perjudicado y huir a toda velocidad. Otras veces, lo que hacían era dar el cambiazo y en un descuido de la víctima sustituían el dinero de su cartera por cartulinas cortadas con el mismo tamaño que los billetes de curso legal.

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